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La Tomatina de Buñol (España)

La Tomatina es una fiesta que se celebra en el municipio valenciano de Buñol en la que los participantes se arrojan tomates los unos a los otros. Esta multitudinaria "batalla” de tomates tiene su origen en una pelea juvenil sucedida en el año 1945 y, a partir de entonces, no ha dejado de celebrarse ningún año.

Esta peculiar fiesta congrega todos los años, el último miércoles de agosto, a miles de personas dispuestas a pasar un buen rato de risas y diversión a base de tomatazos. En esta alegre batalla campal los participantes disfrutan como niños lanzando tomates a todo aquel que se cruza en su camino.

La fiesta comienza la noche previa a La Tomatina, cuando las calles se llenan de tomates mucho más apetecibles de lo que estarán al día siguiente. En la plaza, llena de paellas, se cocina sobre fuegos de leña y se bebe vino hasta altas horas de la madrugada. El miércoles por la mañana muy temprano, los comerciantes y propietarios de locales en torno a la Plaza tratan de proteger puertas y ventanas antes de la caótica avalancha.

La jornada comienza a las 9 de la mañana, en la plaza del pueblo, tomando fuerzas con los bollos que el Ayuntamiento reparte. Poco a poco, el lugar se va llenando de gente. Antes del combate, se levanta un enorme palo cubierto de jabón en cuyo extremo se coloca un jamón. Los más intrépidos intentan trepar a lo más alto para conseguir el premio, en medio del regocijo general. Mientras, desde los balcones se lanzan cubos de agua a las personas que van acudiendo para prepararse antes de la batalla. A las once suena el disparo que indica el inicio de la lucha, y al fondo de la calle aparece el primer camión cargado con la “munición” anunciando su entrada con la bocina. Los que van en el remolque empiezan a lanzar los primeros tomates. Por fin, el vehículo se detiene y suelta su carga, es entonces cuando la multitud se abalanza para aprovisionarse de “balas” y, en pocos segundos, todo se tiñe de rojo. Uno tras otro, van llegando camiones con tomates, hasta que se produce el segundo disparo que señala el fin de la batalla. En ese momento comienza la dura tarea de limpiar con mangueras a los valientes que han participado, los cuales ya piensan en la Tomatina del año siguiente.

Según una estimación, se utilizan cada año alrededor de 150.000 tomates que se distribuyen entre unos 20.000 participantes de diversas partes del mundo que acuden a divertirse en esta extraña batalla.

Fuente: Spain.info y Wikipedia

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